¿Te he dicho
alguna vez todo lo que me has enseñado? Me enseñaste a sonreír aunque estuviera
jodidamente cabreada, me diste los mejores momentos y me enseñaste la manera de
disfrutarlos de verdad. Me demostraste que podía pensar que era el mayor idiota
del mundo pero cuando te miraba me volvías a enamorar. Y que podía venir el
orgullo, el miedo y el olvido, que nunca iba a estar sola, que mirara bien, que
siempre había alguien incluso cuando estas al fondo del pozo, siempre alguien
que se cayó antes que tú o que se tiró al ver que te caías.
Y no, no te
guardo rencor, gracias a ti aprendí tantísimo que no hay manera de que deseara
no haberte conocido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario