Ninguno de los dos va a ser perfecto.

Nos pasamos la vida diciendo ''y si hubiera...'', lamentándonos de lo que pudo haber sido y no fue. Al final acabamos hartándonos, acabamos cansándonos de tener que salir perdiendo siempre por no haber dicho aquello que debimos. Aquello, que llevábamos adentro tanto tiempo deseando salir. Por no haberle dicho a esa persona lo mucho que nos importaba, lo imprescindible que era en nuestra vida; que la queríamos demasiado. Y claro, todas las pequeñas oportunidades que tuvimos se perdieron sólo por no habernos atrevidos a dar un paso más. Así que lo que hay que hacer es perder ese estúpido miedo y decirle a aquella persona especial todo lo que sientes, porque quizá luego sea demasiado tarde y ya no tengas la oportunidad de tenerla entre tus brazos.